Este séptimo álbum homónimo de Tim Maia, lanzado en 1976 por el sello Polydor, representa una etapa de madurez musical y libertad creativa luego de su controvertido paso por la Cultura Racional. El disco mezcla con soltura funk, soul, baladas románticas y crítica social, todo atravesado por su voz inconfundible y una producción sofisticada.
Canciones como “Nobody Can Live Forever” y “The Dance Is Over” muestran su lado más soul e introspectivo, mientras que piezas como “Rodésia” y “Batata Frita, o Ladrão de Bicicleta” introducen comentarios sociales con humor y ritmo. El tema “Márcio Leonardo e Telmo”, dedicado a sus hijos, es una de las más tiernas de su carrera.
Este disco no fue un éxito masivo en su momento, pero con el tiempo se ha convertido en una de las obras más admiradas y completas de su discografía, muy valorada por coleccionistas por su coherencia, arreglos y profundidad emocional.