El lanzamiento de este doble LP es un homenaje a una de las tradiciones culturales más impactantes y fascinantes de la Ciudad de México: los LPs “pirata” que surgieron en los años 80. Estos discos, con sus carátulas de diseño DIY y una selección musical ajustada, editada y manipulada para garantizar la mejor experiencia de baile, nacieron en un contexto de necesidad e ingenio. Mientras que la industria musical tradicional comenzaba a desilusionar a los vendedores de discos, algunos visionarios decidieron tomar el control y crear sus propias compilaciones llenas de éxitos tropicales que aseguraran que “no importara dónde cayera la aguja, siempre se escucharía una canción capaz de encender la fiesta”.
La escena sonidera, una red compleja de operadores de sistemas de sonido móviles que dominaban las fiestas en la ciudad, fue el motor de esta demanda de música tropical exclusiva. Estos sonideros se convirtieron en embajadores de géneros como la cumbia y la salsa, llevando la música más allá de las paredes de los clubes hacia los barrios populares. Los LPs pirata jugaron un papel crucial en este fenómeno, permitiendo que la música tropical permeára cada rincón de la capital y educando musicalmente a una generación entera.
Estos discos, prensados en turnos nocturnos y con vinilo reciclado, se producían en tiradas limitadas de 500 copias y se vendían a precios accesibles en mercados como el famoso Tepito. El anonimato de sus creadores era parte de su esencia, un secreto celosamente guardado que reforzaba la mística de esta escena. Las carátulas empezaron siendo genéricas, pero con el tiempo evolucionaron para reflejar un estilo visual único, inspirado en la ciencia ficción y el heavy metal, gracias a diseñadores como Jaime Ruelas, quien antes había trabajado con la discoteca móvil Polymarchs.
Este álbum doble es una recopilación de 23 temas tropicales seleccionados de los LPs pirata más emblemáticos producidos durante la época dorada de los sistemas de sonido móviles en la Ciudad de México. Incluye un libreto extenso con notas detalladas y fotos, y está dedicado a todos los sonideros que desempeñaron un papel revolucionario como embajadores de la música tropical en la sociedad mexicana. Su contribución fue tan significativa que la cultura sonidera ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México, reconociendo su impacto en la identidad y la vida cotidiana de múltiples generaciones.